“Cine infinito”
Un relato de Alejandro Mos Riera
“Le quitaremos el cine a la industria y se lo daremos a los hogares. Ese es el verdadero sentido de lo que llamamos cine underground.”
Jonas Mekas
Ahora, todos los hogares tienen una televisión y eso no significa que vean mejor y más cine, y menos televisión basura. Así como, casi todo el mundo, tiene un smartphone, y de alguna manera, tiene ojos por pantallas.
El cine elimina el olvido, reconstruye la memoria, y capta lo fugaz, como el viento invisible meciendo las hojas de los árboles. El cine inventa la realidad a través de la ficción. Si en algún momento el cine dejara de existir, solo un poeta como Andrei Tarkovski, podría reinventarlo, pero él mismo decía que si pudiera escribir poesía como la de Pasternak no habría hecho películas.
El cine es el arte absoluto de los últimos tiempos, la catedral de las artes. Para una audiencia, de millones de espectadores, que ningún escritor o director teatral soñó nunca antes. Aunque ahora parece, que pasa un momento de decadencia, casi nadie va a las salas de cine, y consume cine mayoritario, es una cortina de humo.
Nunca se hizo tanto cine, por tantos autores, en tantos lugares. El cine digital vive su mejor época, hoy en día, un director puede rodar una película con un smartphone y publicarla en internet para una gran audiencia. Actualmente, el cine contemporáneo y la historia del cine es accesible con una conexión a internet. Como si fuera una memoria del mundo, uno tiene acceso universal al cine desde casi cualquier lugar. Si el cine, un invento del siglo XIX es el gran arte del siglo XX; internet, un invento del siglo XX, es el gran arte del siglo XXI.
Si una imagen vale más que mil palabras. Sin duda, una película vale más que un millón de palabras.
La vida es un plano secuencia desde el nacimiento hasta la muerte. Una película que se proyecta en la pantalla más grande, la pantalla de los sueños y la memoria. Aunque en la vida, nunca aparece en ningún momento, “The End”.
Un relato de Alejandro Mos Riera del libro “Vivir en los cuentos”.