“Fin de semana del fin del mundo”
Un relato de Alejandro Mos Riera
“Piensas poco en el futuro, ¿verdad? Es el privilegio de la juventud.”
Françoise Sagan
Por fin es viernes. El lunes se acabará el mundo, o tal vez no. Hay algunos momentos en la vida, que por un placer efímero, se derrochan el tiempo, la salud y el dinero. Se queman las promesas de la vejez. Es la fiebre de la juventud, lo que mantiene la salud del resto del mundo. La juventud, es a veces, la locura de lo inmediato y lo efímero, el error no de pensar más que en el tiempo presente, creer que siempre seremos jóvenes y hermosos héroes vencidos. La prioridad del deseo y el placer, ante cualquier otra cosa. A veces, es mejor malograr la propia juventud, que no hacer nada en ella.
Algunos viernes, al caer, la tarde, mientras llega la noche, hierven las ganas de salir a celebrar la vida, y disfrutar de una fiesta, con amigos y amantes, es la única prioridad de ciertos momentos de juventud. La vida bienbebida, los brindis a la luz de la luna, los bailes nocturnos, los besos robados, los abrazos en escalera, respirar el humo, la música y los bares, el ritmo de la noche en la ciudad. Las noches sin fin del fin del mundo. Somos jóvenes, solo se vive una vez en la vida. Mientras la noche es joven, todo es posible.
Nos sorprenderá el amanecer, despiertos. Todo puede terminar mañana, puedes perder la cabeza, por un día. El mundo se va a acabar. El fin del mundo está cerca. Tal vez no esta noche, pero pronto se acabará. No moriré sin vivir la vida antes de la muerte. Al día siguiente, o cuando termine la fiesta o el fin de semana, habrá que abrirse paso, y comenzar de nuevo, una vez más. Nuevos en la cruda realidad del mundo, mientras comienza la semana. Odio los lunes.
Alejandro Mos Riera, 2022
Texto extraído del libro de relatos «Vivir en los cuentos»
(La vida es cuento)