La democracia en la era de la televisión
La televisión adormece las mentes
Umberto Eco
El fascismo del siglo XXI no llegaría con campos de concentración y esvásticas, sino con una máscara sonriente en un programa de televisión, y eso es exactamente lo que está pasando. Quien controla la opinión pública controla las mentes. La televisión nos proporciona temas para pensar, pero no nos deja tiempo para ello. Es curioso como en este momento la realidad es relatada por la televisión. La televisión es la base de la opinión pública. Ha creado una sociedad de individuos alienados y un mundo globalizado en que los mercados devoran la sociedad y los recursos del planeta.
Hace años que por motivos morales no acostumbro a videar la televisión. Aunque he visto lo suficiente como para saber que en mayor medida es banal, frívola, hipócrita, simplista, sensacionalista, primitiva, reiterativa y realmente adictiva. En fin, un gran negocio.
El espectador del futuro, un día en la espiral de los siglos, descubrirá, en la pantalla de su realidad virtual, que el mundo ha colapsado, y que en la televisión dicen que han acabado con el homo sapiens.
En el caos visual y de confusión, en la sociedad de hiperrealidad y telerrealidad en la que vivimos, la democracia ya no es lo que era ni lo que será. Dicen que hay famosos que son famosos por salir en televisión, airean insultos e improperios y naderías para entretener a una audiencia cada vez mayor.
Ahora ya hace tiempo de eso, pero incluso el presidente se hizo presidente gracias a salir habitualmente en televisión y hablar para una masa cada vez más alienada, en un somnífero que se toma por los ojos.
Cuando hay un acontecimiento importante, y quiere dios que no pase a menudo, el presidente hace un discurso por televisión para todo el país, esa costumbre es frecuente en muchos países. Pero mientras tanto noticias e información bombardean con noticias en bucle hasta que por sobrecarga informativa la audiencia es tranquilizada y todo regresará a la calma poco a poco. Hasta el próximo acontecimiento.
Es decir, en la historia reciente la televisión es la herramienta de información preferida por el poder, para controlar la información a las masas y entretener a la población.
Esa gente que se cuela en los hogares por la pantalla de televisión y que realmente nunca tendrías en tu casa. Sin televisión parece que no hay vida.
Modestamente la televisión no es culpable de nada. Es un espejo en el que nos miramos todos, y al mirarnos nos reflejamos. Vivimos en la era de la televisión, un medio literario del futuro. Apaga la televisión y lee un libro. La revolución no será televisada.
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Alejandro Mos Riera, 2019
Texto extraído del libro de relatos «Vivir en los cuentos» (La vida es cuento)